jueves, enero 05, 2006

Cap. 7. Reyes y deseos

Esta noche se acercarán los reyes a tu casa y te entregarán muchas de las cosas que has pedido.
Mañana por la mañana despertaré con un regalo a los pies de la cama que no es el que quiero pero... hay que perdonarles. Mi regalo es imposible de obtener.
Que raro se hace elegir regalos para ... mi. Hace años que no lo hacía, muchos años. Por supuesto sigo eligiendo regalos para mis padres, hermanos... pero llegó un momento que dejé de comprar regalos para "me" y comencé a comprarlos para "le". Los cambios de pronombre sientan bastante mejor.

Nuestros reyes fueron siempre algo "predecibles", por lo menos por mi parte. Ella era incapaz de guardar esos secretillos en los que se basan los regalos. Siempre terminaba diciendo lo que me había comprado y no precisamente porque yo se lo preguntara. Disfrutaba tanto haciendo ese teatro, ese aparente descuido para que se le escapara lo que ya estaba envuelto.
Se reia mientras sacaba de su escondite el paquete guardado con recelo ( más o menos 2 días antes ) y me miraba pidiendo a gritos sin una sola palabra que yo hiciera lo mismo.
Sin embargo mis reyes eran puntuales y llegaban siempre la noche correspondiente a su trabajo. En tantos años jamás se despertó mientras colocaba sus sorpresas, jamás notó mi ausencia de la cama para ayudar a los reyes y nuncá ví una sóla nota de decepción en sus ojos tras rasgar el papel.
Te echo de menos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tu historia es tan bonita como triste. Año nuevo, sonrisas nuevas. Sí o sí?
Un beso.

12:52 a. m.  

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